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Ruta del Jardinerito
Fusagasugá - Alto de San Miguel - Sibaté - Alto del Romeral - Sibaté
Nivel de complejidad: ◉◉◉◉◎
Es famosa por el ascenso al Alto de San Miguel, premio de montaña de primera categoría que solía ser el lugar de entrenamiento de Lucho Herrera, considerado por muchos el mejor escalador del mundo en la década de los 80. El ‘Jardinerito’, apodado así por su oficio en el cultivo de flores de su familia, recorrió una y otra vez estas empinadas montañas hasta convertirse en el campeón que se hizo leyenda.
La ruta de 55 kilómetros de recorrido comienza en la ciudad de Fusagasugá, en el departamento de Cundinamarca. Posteriormente, se desvía hacia las veredas Las Delicias y Usabá en la zona rural de Sibaté, en donde se encuentran los emblemáticos cultivos de fresa que caracterizan al municipio.
Es, sin duda, una buena oportunidad para graduarse como ciclista aficionado y afilar las piernas en una de las subidas más icónicas del país. Y, también, la excusa perfecta para explorar los lugares y sabores más representativos de la región del Sumapaz.
Puede iniciar su experiencia hospedándose en Fusagasugá en uno de estos hoteles: Hotel Catama, Hotel Madaura o el Hotel Boutique Sinaí, cuyos precios oscilan entre lo medio y lo alto. A la mañana siguiente, recomendamos pasar por Tayrona Café, un sitio acogedor, diagonal al parque principal, en el que podrá encontrar una amplia oferta de productos derivados del café más excelso que se cultiva en la región.
Si usted tiene tiempo, antes de emprender la travesía, pase por el monumento en honor a Lucho Herrera. Está ubicado en la variante de Fusagasugá. Es una escultura de bronce, de unos siete metros de alto. Tiene los brazos levantados y recrea la hazaña alcanzada por el Jardinerito en la Vuelta a España, cuando se proclamó campeón en 1987. Una foto imperdible.
El recorrido empieza en un sector de clima templado, a una altitud de 1.870 m/snm y una temperatura aproximada de 22 °C, por lo cual es muy importante aprovisionarse de suficiente líquido y un par de barras energéticas que, en rampas como esta, nunca están de más. Los primeros ocho kilómetros se caracterizan por ser una especie de zig-zag con pequeños repechos de no más de 4% de inclinación. Es en el kilómetro nueve, uno antes de llegar a la vereda La Aguadita, cuando empieza el puerto con un ascenso constante por encima del 6% y una rampa intermedia del 13 %. Los dos kilómetros siguientes son un falso plano que conviene tomarlos con calma para enfrentar la pendiente final.
Pero primero está el caserío de Agua Bonita o el sector conocido como “Quesos”, que hace parte del municipio de Silvania. Allí encontrará varios lugares para recargar energía con una aguapanela, una arepa y el mejor queso hecho por la gente de la región, ideal para los 2.288 m/snm sobre los cuales se transita en ese momento del recorrido.
Luego de la pausa se viene la parte final y más exigente del ascenso. Kilómetro y medio al 6.5%, un último descanso y de ahí en adelante la pendiente no cesa. Dos kilómetros por encima del 7 y 8%, luego un par de curvas en herradura al 6% y un remate de cuatro kilómetros con rampas que van desde el 8% hasta el 14% de inclinación, antes de alcanzar la cima del puerto de San Miguel o puerto del “cuchuco”, como también se le conoce por la famosa sopa con espinazo que se puede encontrar en el restaurante Alto del Cuchuco. ¡Platazo!
Los registros que se conocen hablan de un récord en el ascenso de este puerto de 47 minutos y 25 segundos logrado por Francisco Pacho Rodríguez, el reconocido ciclista boyacense que fue tercero en la Vuelta a España de 1985, y seguido de su paisano Miguel Ángel Supermán López con un tiempo de 47 minutos y 35 segundos.
A continuación, un descenso de nueve kilómetros hasta Sibaté. ¡Pero, mucha atención!, si usted tiene buenas piernas, de inmediato se encontrará ante la rudeza del Alto del Romeral (otra vía). Este puerto ha sido escenario de varias competencias ciclísticas locales y nacionales, incluidas la Clásica de Fusagasugá y la Vuelta de la Juventud. Sus curvas cerradas y de altísima dificultad hacen que los diez kilómetros de ascenso sean realmente extenuantes. Un primer tramo de tres kilómetros entre el 8 y 9.5% de inclinación, para luego continuar con un pequeño tramo de sube y bajas, y finalizar con cinco durísimos kilómetros en rampas que van desde el 11 y hasta el 18%, lo llevarán a coronar este puerto a 3.333 m/snm.
Para recuperar fuerza recomendamos la tienda Romeral Bless Point, pensada especialmente para los ciclistas que acuden a este alto. Allí podrá encontrar empanadas, sánduches, huevos cocidos, bebidas y tinto, además de bicicleteros y un baño para visitantes.
Lo que queda será el regreso por la misma ruta al municipio de Sibaté, en donde finalmente podrá explorar el corredor gastronómico diverso. Un sitio muy recomendado es el restaurante La Kamelia, a 300 metros del túnel de la antigua vía a Fusa y, por supuesto, las famosísimas fresas con crema de doña Flor Marina Joya, en su tienda El Rosal.
Meta volante:
No puede irse de este lugar sin conocer el Parque Natural San Rafael, una reserva ubicada en zona rural del municipio de Fusagasugá, inspección de la Aguadita, vía Sibaté. Allí podrá disfrutar del imponente paisaje que se extiende desde la cascada La Honda, los densos bosques de niebla y los arroyos que descienden desde el vecino páramo del Sumapaz alimentando la cuenca hídrica del río Barro Blanco.
Remate en el restaurante Colinas de Barro Blanco, ubicado a un costado de la carretera que comunica el corregimiento de la Aguadita con el municipio de Sibaté. Un lugar con belleza natural en el que podrá acompañar un buen plato de trucha o carne a la parrilla con el sonido de sus varios lagos y quebradas.