Nivel de dificultad:  ◉◉◎◎◎ 

Es un recorrido apto para ciclistas aficionados ávidos de explorar nuevas conexiones en sus recorridos. El trazado, mayoritariamente plano, es un escape a la cotidianidad, el ruido y la contaminación; y una cita con la naturaleza en la que además de ejercitarse, podrá vivir experiencias gastronómicas y culturales memorables cerca de la ciudad. 

Se le conoce como ‘Vuelta a la manzana’ por el trazado en forma de circuito que se dibuja en el mapa cuando se traza el recorrido entre Chía, Tenjo, Tabio y Chía nuevamente.

Tiene como punto de partida el restaurante Palo de Agua, una excelente opción de comida saludable que apuesta por una cocina tradicional en armonía con la identidad de los productos locales, quienes los producen y el efecto que tienen en sus comensales. En su menú tienen platos desde $25.000 hasta $50.000 y es uno de los negocios de la región con mejor calificación por parte de los usuarios. 

Este es ya un punto de encuentro de pedalistas de todas partes de Bogotá y algunos municipios aledaños que buscan completar el circuito. Desde allí iniciaremos el recorrido con 2 kilómetros suaves en dirección a la salida hacia Tenjo, por la vía La Valvanera.

Luego de esos primeros pedalazos, rápidamente la carretera se inclina hacia arriba y pondrá enfrente la primera gran subida que conduce a la Capilla Valvanera, un cerro desde el cual se puede observar la panorámica de la capital y los municipios vecinos bajo el marco de la Cordillera Oriental y en el que es usual ver grupos de turistas posando delante de aquella gran muralla natural.  

Ese primer ascenso se extiende por aproximadamente 4,5 kilómetros y tiene una inclinación promedio de 5 %. Posteriormente hay un descenso de 3.1 kilómetros, y luego un tramo plano que se extiende por al menos 5.5 kilómetros. Este tramo es ideal para quienes deseen hacer una parada. En la vía pueden encontrar lugares como el Parque Monarca, en donde podrán parquear sus bicicletas y disfrutar de un delicioso pan de chocolate con jugo, apreciar los animales de granja y luego continuar su travesía para llegar a Tenjo.

Conocido como el rincón místico de Sabana Centro, Tenjo se destaca por su riqueza arqueológica y biológica. Allí se encuentra la Serranía de Majui, que en muisca significa: “dentro de ti” y que servía de epicentro ceremonial de los indígenas para la reconciliación del hombre con sí mismo.

De la importancia que Majui tuvo para los indígenas quedan vestigios en los petroglifos y pinturas rupestres, que recuerda algunas piezas de orfebrería muisca de la región. También cuentan con la especie de colibrí más pequeña del mundo y tal vez el más curioso de todos sus atractivos es la Peña de Juaica, el lugar donde nace la leyenda del Mohán y el pico más alto del municipio, del que se afirma ha sido escenario de varios avistamientos de supuestos objetos voladores no identificados. 

Para ese momento iremos sobre los 14.5 kilómetros de recorrido y será momento de buscar la Variante Tenjo-Tabio para conducirnos durante 10,2 kilómetros de relativa planicie hacia Tabio, junto al boquerón del Río Frío o Huitaca.

En gastronomía, la mazamorra chiquita y el tamal de calabaza son dos de los platos insignias del municipio. Anímese a preguntarlos en cualquiera de los restaurantes ubicados tanto en el centro colonial, como en la zona rural. No se va a arrepentir. 

El tramo final del recorrido nos llevará de regreso a Chía. Siete kilómetros de sube y bajas por una carretera en medio de tierras de cultivo tranquilas son el escenario ideal para culminar esta ruta. Un último esfuerzo a falta de 4 kilómetros en una subida con rampas del 12% de inclinación, seguido de un par de repechos del 7 % y 8% y un descenso corto y satisfactorio serán el anuncio que indica que lo hemos conseguido. 

Meta volante:

Chía es un destino considerado como el reino chibcha de la región de Cundinamarca. En la mitología muisca era el templo en el que se rendía tributo y se adoraba a una de sus deidades más importantes: la luna, Chie o Huitaca, razón por la cual los cronistas la llamaron La Ciudad de la Luna.  Hoy en día es un lugar ideal para disfrutar de la arquitectura colonial, los deportes al aire libre y, sobre todo, de la gastronomía nacional e internacional. 

Su amplia oferta ha convertido al municipio en un epicentro gastronómico por excelencia con cerca de 250 restaurantes y más de 50 cafés. Allí podemos encontrar desde la receta más elaborada, hasta los platos típicos de la región, como el masato, las almojábanas, la chicha, el merengón o toda clase de amasijos o preparaciones en horno de leña que puede encontrar en el sector céntrico del municipio. 

Por otro lado, están los restaurantes campestres ideales para almorzar en familia o con amigos, entre los que se encuentran: Andrés Carne de Res, El Pórtico, Restaurante Colombia, El Galápago, La Finca, La Magola, La Tasca Rincón de España, La Goleta, El Despacho y El Humero Restaurante Bar. Todos con una enorme variedad de platos que van desde el asado y la picada típica de la región, hasta los sabores de la cocina internacional.